Michel Platini y Diego Maradona fueron contemporáneos. Una clásica disputa competitiva de dos jugadores súper talentosos y destinados a ser los ídolos de cada país.

Su primer encuentro se dio recién en 1984, cuando el Diego llegó a Nápoles para ser leyenda. Platini era el 10 de la Juventus hacía ya dos años. Pero casualidad o causalidad, el mejor año del francés fue cuando llegó Maradona ya que se consagró goleador de la temporada 84/85 con 18 goles, cuatro más que el argentino. La Juve fue campeona y venció a Napoli por 2 a 0 con un gol de su 10. En el otro empataron.

Pero los reconocimientos no terminaron en la temporada, ya que el francés se llevó el Balón de Oro, con el enorme asterisco de que sólo lo podían ganar europeos.

Como la vida siempre da revanchas, en la siguiente temporada llegó el desquite del Diego. Los delanteros se volvieron a enfrentar por liga y Maradona le metió el primer gol en un 1 a 1 en Turín. Pero el gran partido fue en el San Paolo, donde el 10 haría una de sus obras de arte más luminosas, con el recordado gol de tiro libre dentro del área de la Vecchia Signora.

Pese a esto, el Napoli quedaba tercero y la Juve campeona, pero el francés ya se empezaba a preocupar. Se acercaba el Mundial 1986 y Platini llegaba como la gran atracción. Un dato de color es que, meses atrás, habían jugado un amistoso entre Francia y Argentina donde los de Michel ganaron por 2 a 0. Por eso, Fernando Signorini, el preparador físico de Carlos Bilardo, sabía cómo motivar a Maradona: "A una semana para el Mundial estaba hecho un cañoncito pero algo había que no me convencía, entonces fui a la habitación del Diego con Pasculli, le guiño el ojo a Pedro y digo que a nosotros nos falta gente de personalidad como Platini, él, estaba leyendo una revista pero escuchando todo me empezó a re putear y yo le dije que se convenza, al otro día leí un diario donde decía que Maradona había dicho que iba a ser la figura del Mundial, y ahí me di cuenta que había logrado lo que quería".

Y no fue algo de boquilla nomás. Argentina terminó campeona con el mejor de todos y Platini, se fue en semifinales, perdiéndose así la chance de una final ideal entre Francia y Argentina. Para colmo de los males del francés, también perdió el torneo con el Napoli del 10, que le ganaba de local y visitante. También los napolitanos ganaron la Copa Italia.

Esa sería la última temporada de Platini en la Juventus, mientras tanto, el Diego se convirtió en, sin ánimos de sonar tendenciosos, en el papá de los blanquinegros. Un año después del retiro del francés tuvieron la chance de jugar juntos. Este match enfrentó a un combinado formado por los mejores jugadores de la Football League contra el resto del mundo. Jugaron en Wembley, un año después del mejor gol de la historia y la "Mano de dios", Diego sufrió silbidos desde la tribuna durante todo el partido.

Pero esa disputa no quedó dentro de la cancha. Es que tras jugar, Platini, "el niño mimado de la FIFA", como lo bautizó Maradona, fue dirigente del organismo mundial y hasta llegó a ser presidente en 2007. Algo que, como en todo este relato era el antagonismo del Diego: "Me dicen que me espera la familia de la FIFA, pero yo no tengo una familia hija de puta, no voy a transar, que vayan con Platini, era cantado lo de Michel, es el capo de la UEFA porque fue el mamón de Blatter durante años, es muy triste por los jugadores africanos o sudamericanos que hoy no ganan lo que tienen que ganar, yo no me abrazo con esos jugadores porque hay ser grande y defender eso, vos en la silla del poder y yo en la mía".

El Diego se identificó más con la locura y el compromiso de Eric Cantoná, otro crack francés, con el que tuvieron la idea de crear un sindicato de jugadores, que no prosperó. Años antes de su muerte, dijo en una entrevista que Platini le confesó que arregló partidos.

Cuando el Diego falleció, Platini se expresó recordando la década de los 80: "Con Diego nos conocimos y nos enfrentamos muchas veces. Yo le tenía una gran admiración, pero estaba la rivalidad que teníamos, es una gran pérdida para el fútbol y una tristeza, pero después de todo lo que pasó estos últimos años, me lo esperaba. Me había preparado para escuchar un día en la radio el anuncio de la desaparición de Diego Maradona".

Como siempre, también mostró la hilacha y comentó que el mejor de todos para él era Johan Cruyff.

Argentina y Francia. Maradona y Platini. El barro contra el oro. El tercer mundo contra el primero. El pueblo contra el poder.