Ciencia
Desde la provincia de Buenos Aires, la innovación toma forma con el desarrollo de una impresora 3D de gran escala capaz de construir barrios en tiempo récord. El objetivo es ofrecer una solución económica y sustentable a la emergencia habitacional que afecta a los sectores más vulnerables del país
Por: Diana Costanzo
16 de marzo de 2024
Desde la provincia de Buenos
Aires se gesta un proyecto innovador: desarrollar el prototipo de una impresora
3D de grandes dimensiones que podrá construir en poco tiempo barrios de
viviendas sociales.
Para ello, la Universidad
Nacional de La Plata (UNLP) y la empresa estatal bonaerense Astilleros Río
Santiago (ARS) se unieron para ofrecer una solución económica y sustentable a
la emergencia habitacional que atraviesa, en especial, la población de menos
recursos económicos.
El objetivo es generar desde el Estado una alternativa al acceso a la vivienda. "Es un modelo que cualquier organismo de la administración pública podrá utilizar para construir casas en diferentes lugares de la provincia o del país", explica a El Editor el secretario de Producción de la UNLP, Daniel Tovio. "Además, mientras se pone a punto el prototipo, se está fabricando el material concreto para el proyecto", agrega.
¿Cómo funciona esta impresora? Es un gran pórtico: mide 6 metros de ancho por 3 metros y medio de altura. En la viga superior del arco se ubica un cabezal que, mientras se desplaza, vierte el material en forma continua. Sobre una base de hormigón, se instalan rieles que se ensamblan de acuerdo con la medida de la vivienda que se quiera construir. Así, esa estructura se mueve, como si fuese un tren, a medida que va imprimiendo la casa. Con supervisión externa, la máquina funciona de manera autónoma. El software permite el diseño de modelos de viviendas que luego se traducen en un código para controlar los movimientos de la impresora.
El material que se usará en la impresión de casas en 3D es un sostén fundamental para el proyecto. Por eso, lo diseña el Grupo de Ensayos Mecánicos Aplicados (GEMA) de la de la casa de altos estudios platense. "El mortero es una mezcla de cemento combinada con polímeros y otras sustancias. Debe tener una consistencia especial para que, al ser aplicado por la bomba de flujo continuo -que puede compararse con una manga de repostería gigante-, resista una capa sobre otra y no se desmorone la construcción", explica Daniel Antonelli, coordinador del Proyecto, Investigación y Desarrollo en la empresa naval.
Una ayuda ante la crisis
habitacional
La construcción de casas con
impresoras 3D está en marcha en Europa desde hace unos diez años. Con ese
antecedente, en 2020 surgió el proyecto local. ¿El propósito? Generar una
alternativa habitacional ante la falta de oportunidades para una gran parte de
la sociedad. Así, con experiencia en el desarrollo de
grandes estructuras, Astilleros Río Santiago encaró la parte técnica y mecánica
de la impresora, mientras que desde la UNLP se trabaja en el material que se
probará en el prototipo en la localidad bonaerense de Ensenada.
Como en toda construcción, el diseño es realizado por un arquitecto o arquitecta en un sistema de software llamado Diseño Asistido por Ordenador o Computer-Aided Design (CAD, por su sigla en inglés). Luego, se tramita la aprobación de las autoridades nacionales para garantizar su seguridad. Con un programa informático se genera un código, que dará las instrucciones a la máquina. La impresora realiza la estructura de la vivienda y deja los espacios para las aberturas y el techo. Para el final, quedarán las instalaciones de gas, electricidad y agua y otros detalles, que pueden incluir el tratamiento de las paredes con diferentes recursos.
Innovación a nivel mundial
Casas, enormes edificios en
países del viejo continente, torres eólicas en Dubai. Todas esas construcciones
ya son posibles en el mundo por impresión 3D. El prototipo nacional abre la
puerta a la Argentina a ser pionera en esta tecnología en la región. "En
América Latina no existe un proyecto similar al que estamos desarrollando", asegura
el ingeniero Antonelli. "No va a solucionar la crisis habitacional, pero una
empresa estatal que está al servicio de la sociedad debe hacer todo lo posible
para beneficiar a los sectores más vulnerables" agrega.
La máxima aspiración es llegar a
tener lista la estructura de una casa de dos o tres habitaciones en 50 horas.
"Si en Europa lo hacen ¿por qué aquí no?" augura el director del Proyecto de
Astilleros Río Santiago.
La construcción de barrios con
tecnología 3D conlleva un beneficio adicional: en las zonas donde se emprenda
el desarrollo habitacional, se movilizará la economía local y se generarán
puestos de trabajo por la demanda de personal de diferentes oficios como
electricistas, pintores o gasistas.
Si todos los pasos se cumplen con
éxito, la Argentina será el único país de América Latina en construir viviendas
de interés social con impresoras 3D, con materiales nacionales. Con decenas de
máquinas de este tipo, se podría levantar un barrio en pocos días.
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