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Bullying, una cosa de adultos

El caso de un niño y una niña que en España se arrojaron del tercer piso, resultando uno muerto y otra internada, con solo 12 años, pone en agenda este tipo de maltrato. Pero, ¿qué es el acoso escolar? Aquí repasamos las pautas de alerta, rol de la escuela, de padres, madres y cuidadores. Qué hacer y cómo detectar a hostigados u hostigadores.

27 de febrero de 2023

Dos hermanos de 12 años. Un cambio de género. Nacionalidad argentina, pero viven en España. El bullying presente. Fue noticia cuando decidieron saltar desde el tercer piso dejando dos cartas. El acoso escolar por ser extranjeras y las burlas por la decisión de ser y llamarse Iván, serían las causas del hecho. Leila está internada. Alana, quién deseaba ser tratado como Iván, falleció.

Entonces comenzaron los interrogantes. ¿La familia sabía? El colegio, como institución, ¿no hizo nada? ¿Era evitable este desenlace? Siempre es evitable, pero ahora los planteos deben focalizarse en cómo evitar otros casos.

Generalmente los casos de acoso escolar se producen fuera de la vista de los mayores y no suelen denunciarse. Ahora bien: ¿qué sucede cuando ese maltrato sí es conocido por maestros, padres u otros adultos y no intervienen?

¿Qué deberían hacer los mayores? ¿Qué herramientas deberían tener los menores para reconocer estos hechos, propios o hacia otros y buscar ayuda?

En primer lugar, debe entenderse que el bullying no "es cosa de chicos". Es maltrato, es abuso y resulta necesario llamar a las cosas por su nombre. La escuela suele ser el espacio donde chicos y chicas expresan actitudes que en sus casas u otros ámbitos no. Entonces es importante el rol de la institución para detectar situaciones y no permitir que empeoren.

Pero para comenzar, debe tenerse en claro qué es el bullying, ya que no siempre implica la violencia física. El arma fundamental en todos los casos es la violencia psicológica que se ejerce. En este sentido, Libres de Bullying, una organización dirigida por la psicopedagoga María Zysman, en su sitio web detalla qué es bullying:

"Es un comportamiento prolongado de insulto verbal, rechazo social, intimidación psicológica y/o agresión física de un/os niño/s hacia otro, que se convierte en blanco de reiterados ataques", subraya. Y entre las características menciona el desequilibrio de poder entre acosador y acosado, la imposibilidad de defenderse del acosado debido a ese poder, la repetición del hostigamiento a lo largo del tiempo, el dolor que sufre la víctima que no se acota sólo al momento del ataque, la presencia de testigos que por acción u omisión aprueban la violencia, y el silencio.

Una pelea esporádica en el patio del colegio, o no querer ir a un cumpleaños, discutir por un tema "x", no querer invitar a alguien a casa, no significa que se practique el bullying. Pero sí hay que estar atentos a la intencionalidad en las acciones.

Este tipo de acoso puede ser de tres formas: físico, psicológico y social. En este último caso es cuando se le hace vacío a los chicos y chicas, se les aísla, crean rumores, los ignoran, y se mantiene a lo largo del tiempo.

Por ello es importante que niños, niñas y adolescentes sepan de qué se trata el acoso y que tengan las herramientas para poder contarlo, ya sea que lo padezcan o vean que otro lo sufre. Es necesario que las infancias y niñeces sepan que pueden acudir a los adultos y que estos actuarán en consecuencia, es decir, dando la importancia debida.

También es de suma importancia que padres, madres o cuidadores estén atentos a ciertos indicios que marcan posibles hostigamientos, como cambios de humor, tristeza, miedo, marcas físicas, cambios de comportamiento, alteraciones del sueño. En lo social, pueden empezar a aislarse o mantenerse solitarios, evitar actividades. Respecto a la escuela, pueden evitar hablar de ello, bajar su rendimiento, comenzar a faltar. Puede que muchos verbalicen, quejándose de ser objeto de burlas, o decir que pierde sus objetos personales o dinero. Otros pueden sintomatizar para evitar asistir a clases, por ejemplo. Si se detecta algo de esto, se debe indagar sobre lo que sucede, con respeto y brindando la contención necesaria.

Detectar el bullying en la escuela

La acción del cuerpo educativo es de vital importancia, ya que es el ámbito donde suele manifestarse, aunque cuando se evidencia es porque ya lleva tiempo sucediendo. Por ello, Libres de Bullying marca cuestiones a prestar atención sobre posibles niños hostigados: comienza a faltar, sale solo de la clase, no interviene en clase o se pone muy nervioso, sus compañeros se ríen cuando participa, prefiere trabajar solo, se aísla, no quiere participar en clases de educación física, no participa de salidas extracurriculares.

Además, marcan alertas para que los docentes puedan detectar posibles hostigadores: disfruta riéndose de sus compañeros cuando participan en clase, infringe reglas habitualmente, busca ser centro de atención, es rebelde y desafiante, prepotente, poco reflexivo, evade responsabilidades, impone su punto de vista y quiere tener razón, se muestra dominante en las relaciones con sus pares, se jacta de sus acciones, busca la complicidad de los demás y quiere que le festejen sus "gracias". No pide disculpas.

Debe destacarse que no existen tampoco estereotipos que enmarquen a unos y otros, pero ciertas acciones pueden pautar algunos comportamientos. Como padres, es fundamental estar atentos a los indicios, pero no solo porque su hijo o hija pueda sufrir bullying, también puede ser quien lo provoque.

En su perfil de Instagram, @libredebulling, la psicopedagoga María Zysman, reflexiona: "Prevenir implica problematizar situaciones y desnaturalizarlas. Tomar posición, expresarla y hacerse cargo de ella. Implica también dar lugar a todos y a cada uno; con sus particularidades, diferencias, semejanzas. Generar un aula libre de bullying supone necesariamente que nadie se crea más, o menos, que nadie. Para lograrlo, es importante abordar temáticas como discriminación, exclusión y empatía. Es fácil ser empático con nuestros amigos... lo difícil es empatizar con aquellos que piensan diferente, con aquellos que nos caen mal. Ahí tenemos que trabajar, en que los estudiantes puedan pensar y comprender que hay puntos de vista completamente diferentes a los propios y que esos puntos de vista son acompañados por emociones y sentimientos. Que se puede pensar distinto y convivir, debatir, expresar".

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