Osvaldo Armiento tiene 66 años y es fanático del fútbol. Su cara luce bronceada, como si recién hubiese llegado de una playa paradisiaca. No tiene auto, anda en bicicleta, le gusta caminar y toda su vida vivió en Lanús. Fue remisero, camionero, trabajó en un almacén y hasta se dedicó a comprar y vender autos. Hoy es jubilado y streamer. Su canal de Youtube, "El fútbol que me gusta", todavía no cumple un año de nacimiento y ya tiene más de 100 mil suscriptores. En Instagram cosecha alrededor de 120 mil seguidores de todas las edades.

"Siempre elegí el laburo -le dice a El Editor, sentado en un bar cercano a una plaza de Valentín Alsina- No quiero más plata de la que necesito. Uno nace para ser feliz. Y para mí eso significa elegir una manera de vivir. Más de uno me dice que tengo razón porque se dan cuenta que pasa el tiempo y se pasan la vida laburando, pero el día tiene 24 horas, si laburas 20, no disfrutas la vida. De qué me sirve. Tengo una manera particular de vivir la vida y no se le cambio a nadie".

Los análisis, reacciones y apreciaciones sobre fútbol, a pesar de haberse mudado de escenario y no ser parte de un asado con amigos, no pierden la frescura de la charla distendida ni la sorpresa. En el primer video que subió, se dio cuenta que algo había calado en el público, sobre todo porque los seguidores subieron de inmediato, pero el momento de mayor viralización llegó a través de una frase impensada, que terminó en la jerga de los más jóvenes: "Qué pelota Gerson".

Sin ánimos ni pretensiones de buscar atención especial, subió a su canal el comentario de un partido de la selección brasilera del '70 -equipo por el que tiene una debilidad mayor al resto y que lo hizo considerarse amante del fútbol carioca- y ahí empezó todo. "Qué pelota Gerson. Bajala Pelé con el pecho. Otra vez Gerson, qué pelota. A ver Jairzinho, bien definido, muy bien. Si esto no es el fútbol, el fútbol dónde está", dijo, entre otras cosas, y su forma natural quedó como marca registrada de memes hasta llegó a ser tendencia en TikTok.

Armiento durante una transmisión de su programa.

"Gané la Champions League con esto. Me llevan al palco de prensa cuando voy a ver a River. Yo soy un tipo común como cualquiera, pero me llegan invitaciones de todos lados", explica y se muestra sorprendido por las cosas que le suceden como un llamado del periodista Walter Nelson con la propuesta de ser comentarista de los partidos que relata por streaming, invitación al vip de la fiesta Bresh o la visita que realizó a los estudios de AFA TV. "Soy feliz con esto. Hablo de fútbol y soy feliz", remarca.

Armiento es un apasionado de este deporte y siempre lo jugó en los potreros del barrio. Al día de hoy sigue, a pesar de las lesiones que arrastra. Pasó por las inferiores de varios clubes (Lanús, San Lorenzo, All Boys, Arsenal, Independiente), pero el entrenamiento y la dedicación, no eran de su agrado. "Nunca quise jugar profesionalmente - dice - Me gusta divertirme con el fútbol. Soy tan fanático de Ronaldinho. Hoy falta eso en nuestro fútbol. Cuando un técnico no me dejaba hacer lo que quería adentro de la cancha, sentía que no era lo mío. Si no podía tirar caños o gambetear, me iba".

En Lanús lo saludan todos. Muchos lo conocen de hace años y se sorprenden al ver el carácter público al que ascendió. "La fama no lo cambió", bromean los vecinos de la zona. "Hago las cosas paso a paso y con lo que me gusta. Esto no sé dónde me lleva, pero sé que una cosa lleva a la otra", agrega y hace eje en el origen de este proyecto, que se dio cuando conoció a Pablo Frank -su amigo y productor- mientras trabajaba como remisero.

En una de las tantas cenas que hicieron durante muchos fines de semana, su amigo lo escuchaba hablar de fútbol y se le prendió la lamparita. "Con la llegada del mundial, el fútbol invadió Argentina y Osvaldo estaba todo el tiempo hablando de distintos equipos. Se me ocurrió dejar la cámara prendida y hacer que cuente lo mismo que hablaba conmigo o con sus amigos en el parque", explica Frank en uno de los videos y sobre el nombre elegido, agrega: "Tiene que ver con una manera de ver la vida y el fútbol a través de la visión de Osvaldo".

La charla continua alrededor de la plaza, durante una caminata. Más chicos con uniformes de colegios, se acercan corriendo ni bien lo ven o porque otros que ya estuvieron, pasaron el dato. Le piden fotos y la clave de acceso para romper el hielo es "qué pelota Gerson". Armiento sonríe, hace chistes y con los ojos colorados, dice lo último antes de ir a hacer las compras. "Si hoy fuera un niño, me podés regalar la PlayStation que sea o un celular que no me importa. A mí dame una pelota, aunque sea de plástico, y voy a hacer feliz".