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Fanazul: resiliencia, soberanía y memoria colectiva

En 2017, el gobierno de Cambiemos decidió cerrar la Fábrica militar de pólvora y explosivos de Azul y más de 200 familias quedaron en la calle. La lucha de quienes no bajaron los brazos en defensa del trabajo, la identidad y la industria nacional. Cómo fue el proceso de recuperación y reapertura de esa empresa estatal

Por: Laura Funes
15 de abril de 2023

El 28 de diciembre de 2017 la fábrica estatal militar Fanazul cerró sus puertas y 220 personas se quedaron sin trabajo. No fue de un día para otro. El desmantelamiento fue paulatino. Primero cancelaron el transporte para los empleados, después se empezaron a llevar mobiliario, los tanques y los carteles. Hasta que un día, no quedó nada. Casi nada en realidad. Junto con algunas conexiones eléctricas permanecieron 16 empleados que, como la dirección no los quería indemnizar, quedaron a la deriva.

Pero lejos de bajar los brazos, ese grupo lideró -acompañados por otros exempleados y el gremio- un camino de lucha que dio sus frutos. Finalmente Fanazul reabrió sus puertas de manera oficial.

Oscar Espinosa es uno de esos 16 trabajadores que atravesó, con su salud física y mental, una verdadera proeza hasta la reapertura efectiva de la fábrica, en la que recientemente fue nombrado director. Oscar recuerda cada detalle de lo que fue el vaciamiento.

A Espinosa lo licenciaron durante tres meses y le iniciaron varios sumarios. La intervención de Fanazul -a cargo del ingeniero Luis Rivas y comandada por el exministro de Defensa de Cambiemos, Oscar Aguad-, perpetró un ataque sistemático y psicológico, un operativo de desgaste total, para que los 16 renunciaran a sus puestos. Pero ellos lo tenían bien en claro: querían quedarse. Si los echaban, debían indemnizarlos.

Pero, ¿cuál fue el motivo por el que se cerró la planta? Los trabajadores cuentan que se plantearon diferentes argumentos: el medio ambiente, la pérdida económica, las condiciones de los explosivos. Cada vez que preguntaban la respuesta era distinta. No querían decir que era una decisión política.

Una de las cuestiones que más circuló por el ministerio de Defensa fue que no había hipótesis de un conflicto bélico tradicional; sino que se trataba de amenazas vía ciberataque.


Oscar Espinosa, director de Fanazul (camisa blanca) junto a trabajadores. Foto: Fabricaciones Militares



Oscar disiente por completo de esta hipótesis por una simple (y a la vez compleja) razón: "Yo soy veterano de Malvinas", reveló a El Editor, y agregó: "Y ahí la OTAN tiene una base desde hace cuarenta años. El costo de mantenimiento de eso no debe ser económico. Entonces, ¿por qué mantienen esa base ahí, si no hay hipótesis de conflicto?".

"Es un discurso. El Estado tiene que tomar la determinación si quiere producción para la defensa o no quiere. Para mí, la producción para la defensa es soberanía", respondió contundente.

De la guerra de Malvinas a Fanazul

Oscar estuvo en Malvinas desde el 12 de abril de 1982 hasta que los sacaron los primeros días de junio. "Participé de la batalla de Goose Green, uno de los enfrentamientos más complicados junto con Monte Longdon. Caímos prisioneros y fuimos llevados a Montevideo y de Montevideo, a la Argentina".

Espinoza comenzó a formar parte del Ejército durante los exámenes introductorios para ingresar a la Facultad. Hizo el servicio militar obligatorio en el grupo de artillería y defensa aérea 601 de Mar de Plata porque se había anotado para estudiar Ingeniería Química.

Entró un 8 de marzo al servicio militar. "Salí varias veces a rendir los exámenes. Había aprobado el ingreso en Ingeniería Química. Un día me dijeron andate a tu casa y avisá que te vas a Malvinas. Ese fin de semana ya nos trasladaron a las Islas. Cuando volví, tenía muy decidido que iba a ser Ingeniero Químico y así fue".

Su llegada a Fanazul está muy ligada a Malvinas. Ya de regreso al país y recibido, fue invitado a brindar un discurso en Azul, su ciudad. Pero, para sorpresa de todos, no fue a hablar como víctima.

"Fue un discurso fuerte porque, en ese momento, el gobierno de Alfonsín nos ocultaba. Me acuerdo que ese día estaba el intendente de Azul de ese momento, que era radical. Se sorprendieron todos porque creyeron que yo iba a dar un discurso desde el punto de vista de una víctima. Fue un discurso en torno al ocultamiento, lo que nos hacía muy difícil conseguir trabajo. Me tocó lo que me tocó y gracias a Dios o lo que sea, estoy aquí. Nunca me sentí una víctima. En ese acto, había un directivo de Fabricaciones Militares y me ofrecieron ingresar. Entré a la fábrica hace casi 33 años. Amo Fanazul", resaltó Espinosa.

Por eso le pesó, y le pesa, el cierre que impulsó la gestión de Mauricio Macri. El centro de producción de explosivos es parte de su historia, no solo individual, sino también familiar. Porque, como le contó a El Editor, vivía en el barrio que la fábrica construyó para sus trabajadores.

"Jamás voy a olvidar lo que me dijo el intervento: "Sería muy bien visto que usted abandonara la casa". "No me fue gratuito, pero como dice mi psicóloga, tengo resiliencia. Siempre hay que mirar para adelante, mejorar y tener identificado bien claro quién es quién en esto", aseguró.


Foto: Fabricaciones Militares


Quién es quién

Durante el cierre de FANAZUL, Oscar Aguad era el Ministro de Defensa de la Nación. El mismo que, en su paso por el Congreso de la Nación, rechazó la incorporación de la Disposición Transitoria Primera a la Constitución Nacional que ratifica la "legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional". Fue el único que votó en contra.

"El proceso de reapertura no se hubiera dado sin el cambio de gobierno y tampoco se hubiera dado si, a pesar del cambio de gobierno, no hubiera habido una lucha y se hubiese mantenido latente la pelea fabriquera durante todos estos años", destacó la dirigente de ATE Azul, Vanina Zurita.

Así como hubo una decisión política de cerrar en 2017, también la hubo para reabrir. La tarea, pandemia mediante, no fue sencilla. La primera acción fue cortar el pasto para proteger la planta de incendios forestales. Después se puso en valor cada uno de los lugares de la administración y los sectores de la planta. En algunos lugares no había ni cables. Al ser una fábrica de explosivos, hay medidas de seguridad y leyes (nacionales e internacionales) que cumplir. Pintura, señalética e iluminación hacen a la seguridad e higiene de la planta. Todo tuvo que levantarse de cero. Hasta los carteles identificatorios.

"Es mucho más fácil destruir que construir, porque estamos hablando de una fábrica de explosivos donde se tuvo que recuperar desde la perilla de la luz hasta los tanques de ácido. Entonces llevó todo un proceso. Los compañeros empezaron a ser reincorporados hace más de dos años, cuando empezaron a poner en valor la fábrica. El final feliz llegó con la reapertura oficial con más de 100 trabajadoraes reincorporados. Faltan alrededor de 30 o 40 compañeros. Nuestra organización va a seguir esa peleando hasta que el último trabajadorrecupere su fuente de trabajo", señaló Zurita.

De las 220 personas que cumplían funciones hace poco más de cinco años, muchas se jubilaron y otras decidieron no volver. "Fue bastante siniestro y característico del gobierno del macrismo. No tuvo piedad en dejar de un día para el otro a 220 familias sin su lugar de trabajo, además de azotar la economía de una ciudad como Azul", expresó Zurita.

En el comienzo de un nuevo año electoral, para los trabajadores y directivos de FANAZUL se vuelve imprescindible apelar a la memoria colectiva. "Esto no fue hace mil años. Está a la vuelta de la esquina, la consecuencia para las compañeras y compañeros fue tremenda, también para la economía de nuestro lugar, de nuestra ciudad. Y repito, no es lo mismo discutir la reincorporación que discutir el cierre de una fábrica. Claramente no es lo mismo. A pesar de los errores y a pesar de lo reprochable y el desacierto de cuestiones de este Gobierno, que nosotros hacemos visible y lo reclamamos, hubo voluntad política de discutir y avanzar en términos de derechos, que esto en otro gobierno o en un gobierno de las características que tuvo el macrismo o con Vidal no se darían. Ya sabemos qué es lo que piensan y qué es lo que harían si pudieran volver al poder".


Fotos: Fabricaciones Militares


El Gobierno nacional de Alberto Fernández, con la gestión en Defensa de Agustín Rossi primero y Jorge Taiana después, lleva ya invertidos 5 millones de dólares en la recuperación de FANAZUL.

"Nosotros trabajamos para las fuerzas armadas, para los juzgados, y para empresas petroleras. Teníamos el servicio de disposición final de explosivos de todas las empresas petroleras del país, cosa que se perdió y que también esas empresas no fueron a hacer el servicio con fabricaciones militares, contrataron a privados. Ahora estamos tratando de poder recuperar, pero en todo lo que es el aspecto comercial de explosivos, es muy difícil competir con las multinacionales", precisó Oscar.

"Entre los que estamos dentro de la fábrica hay mucha preocupación porque si bien estamos enfocados en arrancar la producción, que por suerte está vendida a un cliente de Perú, sabemos que son decisiones políticas. Porque si nos cerraron con todas las plantas en marcha y con un contrato comercial vigente, ese fantasma sigue circulando entre nosotros. Pero hay que mirar para adelante, siempre hay que mirar para adelante", concluyó Espinosa.


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