La ciencia y la tecnología enfrentan en la Argentina una situación preocupante en los primeros meses del gobierno del presidente Javier Milei. El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) atraviesa recortes salariales, despidos de personal administrativo especializado, reducción del número de becas y congelamiento de los ingresos a la carrera de investigador. La situación también es límite en otros organismos científicos. Así, el futuro se vislumbra oscuro para la investigación y la producción de conocimiento en el país.

"El panorama linda con lo dramático. Estamos en los umbrales de un nuevo éxodo de científicos que si no se detiene a tiempo será masivo" advierte con preocupación el investigador superior del CONICET, Jorge Geffner. "Perdemos el mayor capital, que es el humano" asegura.

Como en el resto de la administración pública nacional la recomposición salarial para abril y mayo será solo de 9 % para gran parte del personal del área científica. Este porcentaje queda muy por debajo de la inflación acumulada en los dos últimos meses. "En el gobierno de Milei los salarios han perdido en el sector científico, en las diferentes categorías, una tercera parte del poder adquisitivo", explica Geffner. que además, integra la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología de Argentina.

La licuación de los ingresos afecta de manera significativa tanto a investigadores como a becarios del CONICET y también a quienes se desempeñan en las universidades nacionales o en otros organismos del Estado. "Es la forma más directa para desarticular el sistema en lo cotidiano para luego proceder al cierre y convertirlo en una serie de entes residuales. No hay mucho futuro", se lamenta el investigador del CONICET Nicolás A. Lavagnino, director del Grupo EPC especialista en políticas de ciencia, tecnología e innovación. "Javier Milei hizo en seis meses un ajuste que al expresidente Mauricio Macri le llevó cuatro años. Esto abarca por igual a investigadores y a becarios del CONICET", agrega.

Todo para abajo

Desde 2015, la evolución de los sueldos del sector ciencia y tecnología ha sido dispar en el CONICET, las universidades nacionales y los organismos de ciencia y tecnología, espacios donde se desempeñan investigadores e investigadoras. Pero con el nuevo gobierno, este año los ingresos de las tres áreas descendieron en simultáneo, de manera pronunciada. Esta baja llevó a los salarios del sector científico al nivel más bajo desde la recuperación de la democracia.

Para la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), las remuneraciones del sector público perdieron más de 20 % de poder adquisitivo en los últimos seis meses. "Es un intento deliberado de atacar los salarios de trabajadoras y trabajadores", advierte Victoria García, delegada de ATE e investigadora del CONICET. Y continúa: "A esta situación se suman más de 100 despidos de personal administrativo especializado del organismo, en enero. Luego, por la decisión de profundizar de forma brutal la precarización, se produjo la renovación de contratos solo por tres meses lo que dio lugar a una nueva tanda despidos a fines de marzo. Y podría haber otros en junio".

Esta situación va en línea con lo que ocurre en la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, que fue creada tras la degradación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT). "Hay un presupuesto de más de 70 mil millones de pesos para, por ejemplo, avanzar en la compra de equipos a través del plan Equipar Ciencia, o seguir adelante en obras de edificación a través del Construir Ciencia. También está detenido y desarticulado: se ejecutó apenas 1 %", dice afligido el investigador Nicolás A. Lavagnino. Según la proyección del Grupo EPC del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI), los salarios del sector científico y las becas tendrán una baja real de entre 26 y 34 % en el año.

Un futuro incierto

El ajuste en el sistema científico y tecnológico tiene un alto impacto. En la Argentina, la ciencia es financiada por el sector público y en menor porcentaje por el vínculo entre privados y el Estado. "Los fondos no han sido actualizados año a año. Se trata del dinero que permite el desempeño de los más de 300 institutos de investigación en todo el país", advierte Geffner. "En 2023 se habían anunciado 1300 becas pero fueron solo 720, y también podría haber recortes en las posdoctorales, mientras que está congelado el ingreso a la carrera del CONICET", señala el profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

El investigador Nicolás A. Lavagnino coincide y agrega: "Están destruyendo capacidades de gestión, de realización de investigaciones, de formación de recursos humanos y de nuevos investigadores". Y enumera: "Desde el gobierno no pagan los subsidios, destruyen equipos de seguimiento de gestión, está frenada la compra de equipamiento licitado en el marco del programa Equipar Ciencia, no hay dinero para la compra de insumos críticos que son fundamentales, por ejemplo, para realizar investigaciones en laboratorios".

En este contexto, el éxodo de jóvenes investigadores ya se siente. "Son el motor de la investigación científica y se están yendo del país", afirma Geffner. "Disminuyó 30 % en el último año la inscripción en el concurso para ingresar a la carrera de investigador científico", señala.

Sin una proyección a largo plazo, ni el cumplimiento de la Ley de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación y del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030, el horizonte es incierto. "Esas políticas van más allá de los apoyos partidarios, pero hay muchos proyectos políticos que imaginan un país en el que la ciencia no es necesaria" afirma Nicolás A. Lavagnino. "Están arrasando con los científicos del futuro. Va a costar volver de esto" finaliza.