Javier Milei eligió la motosierra como símbolo para expresar su lectura de lo que supone una reforma estructural en la Argentina, pero podría haber sido un lanzallamas. El fuego representa un camino más corto para llegar al lugar que propone el libertario: la destrucción total.

Milei sabe que la pradera está seca. Cualquier chispa puede desatar un incendio. El libertario sabe lo que sabemos todos: si hay incendio los muertos los volverá a poner el pueblo, los costos los pagarán los laburantes y los que se salvarán serán los bancos. El futuro que se parece al pasado es el norte de La Libertad Avanza.

Como un Nerón moderno -pese a que los historiadores siguen discutiendo la veracidad del mito- Milei busca incendiar Roma. Sueña con contemplar las llamas desde lejos. Piensa en su futuro palacio construido sobre las cenizas de una civilización. Imagina una Nación de sobrevivientes dispuestos a soportar la crueldad con tal de salir del infierno.

El hombre que le habla a los perros y que vive con la hermana planta una profecía. Para que se cumpla. ¿Cómplices? Los de siempre. Periodistas serviles que maquillan de amables a los sanguinarios y que humanizan a los monstruos de la política. Se disfrazan de populares desde sus guaridas en Nordelta para subir a un pedestal a un posible verdugo de los sueños obreros. Ni olvido, ni perdón. A ellos tampoco.

Dólar a $ 1400, si llegan divisas de algún paraíso fiscal, y una hiperinflación que se extenderá durante 60 días. El plan económico de Milei es una guerra contra cualquier posibilidad de subsistencia digna. Lo comunica. Lo dice y lo hace decir. Goza ver la llama avanzado sobre la pradera.

En ese marco, el peronismo se tropieza por vez número mil con la misma piedra: Alberto Fernández. El presidente denunció a Javier Milei por "intimidación púbica". Le regaló una cadena nacional y la posibilidad de victimizarse. La causa quedará en la nada. Igual que su Gobierno.

¿Hay esperanza? Siempre. El fuego no es dócil. Patricio Rey nos enseñó que "ciertos fuegos no se encienden frotando dos palitos". Las llamas son traicioneras e incontrolables. Quizá, finalmente Roma no se incendie y las llamas recreen una escena histórica de la política argentina: el cajón de Herminio.

"Tu crees que me matas, yo sé que te suicidas", escribió hace mucho tiempo el gran Antonio Porchia. Todo está por verse. Jugar con el dólar y la angustia a un pueblo no es gratis. El costo político está flotando. Alguien pagará esa cuenta. Mauricio Macri logró sindicar al kirchnerismo como el responsable de la corrida cambiaría pospaso en 2019. El costo de la corrida lo pagó aquella oposición que igualmente llegaría al Gobierno, pero el referente de Juntos por el Cambio aumentó un 8 % su caudal electoral.

La moneda está girando. El 22 de octubre está a un paso. Comenzará el incendio de Roma o la patria tendrá una nueva chance. El tiempo tiene la respuesta.