Política

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La motosierra mutiló el carnaval porteño

Con el ajuste como bandera el Gobierno de la Ciudad redujo el número de corsos porteños. La disputa de las murgas por mantener vivo el espíritu del carnaval.

Por: Silvana Avellaneda
16 de febrero de 2024

Los corsos del carnaval porteño, históricamente celebrado como un espacio popular y de resistencia, llegaron este año con recortes de presupuesto y de recorridos. De forma oficial, el jefe de gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, anunció que este año se redujo el número de corsos en las calles, "y como consecuencia se reducirán también los cortes totales que tanto afectaban a los porteños". El anuncio no cayó bien en los más de 135 mil integrantes de las murgas porteñas.

Felipe Fiscina, delegado de las Murgas del Carnaval Porteño ante la Comisión de Carnaval del gobierno de la ciudad dijo a El Editor: "Este año por una decisión unilateral de Jorge Macri se van a celebrar con tan sólo quince corsos cuando los tradicionales e históricos son 35".

El anuncio del jefe de la Ciudad resalta que "como parte de su compromiso de reordenar las calles de la Ciudad, el Jefe de Gobierno Jorge Macri, anunció que este año se va a disminuir a ocho el número de corsos por el Carnaval en las calles, y como consecuencia se reducirá también en un 40 por ciento los cortes de calles totales". En simultáneo, la Ciudad anuncia que otros seis corsos se desarrollarán "en diferentes plazas y uno en el Polideportivo Colegiales".


Foto: Murgas del carnaval Porteño.



Las negociaciones entre los tres representantes de las 130 murgas porteñas (que nuclean a más de 15 mil murgueros y murgueras de la Ciudad) "comenzaron con una convocatoria tardía en enero". Las tratativas se realizaban en la Usina del Arte, con los representantes del gobierno de la Ciudad, la subsecretaria de gestión cultural, Alejandra Cuevas; y el gerente operativo, Juan Bautista Canavesi.

"Nosotros no estamos fuera de la realidad que vivimos y presentamos una propuesta ya acotada con siete corsos menos porque no somos ajenos a la crisis porque gobierne quien gobierne todos los años tenemos conversaciones en el ideal de ellos y de nosotros y siempre encontramos un punto medio que implica recortes", destaca.

Pero "en medio de esas negociaciones presenciales para tratar de llegar a un número de 21 o 25 corsos, Jorge Macri sube un posteo en sus redes diciendo que sólo habría 15 corsos este año y su equipo de prensa difunde una gacetilla de prensa en donde anuncian menos cortes de calle", acota Fiscina.

Esta situación planteó dos baldazos para las asociaciones murgueras. Por un lado "nos llama mucho la atención el destrato porque en medio de las negociaciones, de golpe, sale este anuncio", indica Fiscina. Por el otro, "que el Carnaval se promocione como un simple corte de calles cuando la celebración debería ser un orgullo cultural en la Ciudad y no ser tratada como un simple corte de calle, lo que es tristísimo", agrega.

Los corsos porteños tienen más de 150 años de realización ininterrumpida, aún acotados durante la última dictadura cívico militar y la pandemia. Sólo en la crisis de 2001 los corsos no tomaron las calles pero se realizaron puertas adentro de las asociaciones y clubes.

Eduardo, referente de la Asociación Murguera A Troche y Moche de Floresta, señala: "Este febrero es bastante atípico porque nunca en la historia se confirmó tan tarde el armado de un Carnaval".


Foto: Telam.


"Sin dudas -considera- fue por el cambio de autoridades y la clara intención de bajar el Carnaval con la excusa de que los vecinos no quieren cortes de calle. Nosotros no cortamos las calles, es un desvío por el evento del corso de Carnaval", argumenta.

A su vez, destaca que la baja en el presupuesto que la Ciudad destinó a la celebración significó "un tire y afloje entre el Ejecutivo y la ardua tarea de nuestros delegados y el número acotado de 15 nos perjudica a todas las murgas que pertenecemos al circuito del carnaval porteño".

En este punto, el referente de A Troche y Moche no duda: "Los murgueros defendemos el Carnaval porque es una expresión artística típica y porteña, súper amplia que incluye todas las edades, capacidades y condiciones y con una amplia posibilidad creativa en trajes, letras de canciones, coreografías, fantasías y ritmos musicales". "Las murgas sobre todo defendemos la expresión porque es Arte Callejero (con mayúscula), libre y gratuito", agrega.

Para el delegado murguero Fiscina la situación de este año "nos parece que es faltarle el respeto a toda la comunidad del Carnaval y a la historia porque el que instala los corsos en la ciudad de Buenos Aires allá por mediados de 1860 fue Sarmiento".

En ese marco, el delegado argumenta: "Nos asombra, nos extraña, incluso pensamos que son contradictorios en sí mismos porque son alianzas políticas que pregonan el discurso de la Generación del '80 en Argentina y después van en contra de los corsos. Sarmiento los trajo y ellos hablan de cortes de calle cuando es una expresión cultural, hablan de orden como si nosotros desordenáramos".

Los murgueros y murgueras consultados coinciden en que los recortes no van a empañar la manifestación única y anual del Carnaval porteño. Una fiesta en la que se borran las diferencias sociales y que el propio ya Sarmiento impulsó como una manifestación cultural plena.