Aguafuertes
Por: Facundo Pedrini
29 de abril de 2023
Una vez por semana ellas se convierten en
lo que aman. Todas se suben al colectivo de los inocentes, un micro escolar que
sale desde Panamericana y Márquez a la
cárcel de Magdalena. Recorre 340 kilómetros por día. Cinco veces a la semana.
Pasa por 24 paradas. Hace 20 años. La Argentina del que se vayan todos se
alimenta de los presos que piden que
venga alguien.
"Viajamos todos los días a todas las
unidades: 28 - 35 - 36 - 51. Bultos sin cargo"- Dice la tarjeta de Cristina, la
dueña del bondi. En el rubro de los "micros tumberos" solo hay 3 mujeres: Una
va a Sierra Chica, otra a Alvear y ella a Magdalena.
"¿Dejas mercadería o también viajas, mami?
Pregunta a las pasajeras. $ 2.000 para ir,
$ 1.500 si solo viajan las cajas. Pero todo es conversable.
En la cárcel esperan esposos, hijos y
maridos. Culpables afuera y adentro. Inocentes en el micro. La mayoría con
defensores oficiales que "complican un poco las cosas".
"Mi
marido mató, pero la ley está mal"
"Él se equivocó, pero tiene que estar
afuera"
Las versiones cambian. Los recuerdos no.
"Se
defendió de un violín con una piedra, pero él no
tuvo nada que ver: lo mataron en el hospital"
En las anécdotas que se cuentan en el micro las cosas no pasan.
Ellas no abandonan, pero de las mujeres presas no se ocupa nadie. No les
mandan nada. Sus hijos, maridos y padres no van. No las miran rehacerse. Pasan
las condenas solas. Sin que nadie impida que se deshagan.
¿Hay alguna forma de resolver una pena? No.
Hay que administrar el tiempo. Patear la suerte para adelante para sacarse el presente de encima.
"Falta poco, gordo. Falta menos. Paciencia. Acá te espera tu reina" le manda
Paola a Cristian con un sticker de una foto juntos. "¿Te gusta? me lo hice para
él". Mónica se tatuó dos corazones en la
mejilla. El otro es de Jorge, que todavía no tiene sentencia firme.
La lealtad de las que viajan no explica la
sombra de los que esperan, pero muestra la soledad de los que no se tienen. A
veces suben 20 y vuelven 21: los que salen en libertad y nadie va a buscar
también tienen lugar.
Cristina pasa la gorra para juntarles
unos pesos para el remis y los primeros
puchos porque la valija del futuro a veces empieza con una vaquita y un
aplauso. Ahí el micro cambia de roles.
Las hijas pasan a ser hermanas mayores. Y las esposas se convierten en madres.
Cuidan con calor lo que acaban de conocer, para hacerle jurar con los ojos que
lo que pasó no pase más.
Un abogado que está involucrado en la causa de María Cash fue imputado por falso testimonio, debido a una declaración dada en la primera audiencia hace 13 años donde había coincidido con el relato del camionero quien la vio hace más de 10 años.