Opinión
El candidato ya no es el proyecto, es Sergio Massa. El peronismo como reserva de la cordura democrática de cara al balotaje
Por: Agustín Alvarez Rey
28 de octubre de 2023
"La elección nunca fue tan fácil, votá al tipo normal", es
la frase que se repite en las redes y que apuesta por lo simple para conseguir garantizar
la victoria de Sergio Massa en el balotaje. Pero la lógica debe ir un poco más
allá. La historia argentina está plagada de tipos normales que intentaron
condenarnos al fracaso. Fernando De la Rúa y Mauricio Macri, son sólo los
ejemplos más recientes.
Massa no es solo "normal" sino que representa al
peronismo. No son solo las propuestas centradas y razonables del candidato más
votado en las elecciones generales las que regaron de paz una Argentina que vivió
crispada los últimos dos meses. Las razones van más allá. Hay un inconsciente político
que pesa. En caso de crisis rompa el vidrio y saque al peronismo. El orden y
progreso autóctono se impone al caos que se ofrece desde afuera.
El candidato ya no es el proyecto, es Massa. Y el proyecto
es el peronismo. Al sistema político argentino lo ordena el peronismo. Con el
campo nacional y popular desordenado el proceso electoral puede volverse una ruleta
rusa. El riesgo es grande. Puede ser Kirchner como en 2003 o pude ser Milei.
Mejor no arriesgar.
La cuestión parece clara, entre las PASO y las generales en
la Argentina se vivió como si Javier Milei fuera a ser el próximo presidente.
De las generales hasta hoy la vida cotidiana trascurrió como si Massa fuera a
ser el próximo presidente. El contraste entre el caos y el orden es evidente.
La Argentina definirá el próximo 19 de noviembre su futuro.
No es una frase hecha. No es una elección más. Peronismo o disolución nacional,
dijo Andrés "El Cuervo" Larroque en los albores de la campaña, y dijo bien.
La Argentina está al borde del abismo y acorralada por un
discurso libertario que se disfraza de león y que podría, en realidad, estar identificado
con las hienas que se alimentan de la carroña. La república se defiende con el
escudo del peronismo. En juego hay más que derechos.
El endeudamiento, la sequía, la fragilidad económica y la
irresponsabilidad política de una parte de la dirigencia construye el escenario
posible para que el menos serio de los outsiders de Latinoamérica y Europa
resetee la Argentina para volverla a un Estado preperonista.
La implosión de la oposición es parte del asunto, pero
excede este análisis. Solo abrevaremos en lo evidente: es ese espacio está en
disputa el liderazgo, será democrático o libertario. El resultado de la
irrupción del expresidente Mauricio Macri en la campaña todavía es una incógnita.
El reacomodamiento de la oposición todavía en marcha.
En cualquier caso, el peronismo encolumnado detrás de Massa
aparece como la última reserva de cordura democrática de cara al 19 de
noviembre.
Más allá de las especulaciones, de los acuerdos de cúpulas y
de lo que ofrezca la campaña la pregunta parece ser una sola. Ya no es
continuidad o cambio, como quiere reinstalar Macri, tampoco grieta o unidad
nacional. Es más sencillo: tranquilidad o angustia o, en su defecto, orden o caos.
La respuesta concreta a esa pregunta está marcada a fuego y dependerá de que la mayoría de las y los argentinos decidan si quieren vivir como las semanas
previas a las elecciones generales o como los días posteriores al triunfo de
Massa. La única verdad, es la realidad.
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