Política
Las tensiones políticas emergen en el Congreso con Victoria Villarruel y Karina Milei en el centro de la disputa. La oposición se alza ante propuestas controvertidas como el Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones y el blanqueo fiscal. El futuro de la legislación queda en vilo ante las negociaciones en curso
Por: Antonio Riccobene
11 de mayo de 2024
Todo indica que el proyecto ley Bases y puntos de partida
para la libertad de los argentinos volverá a la cámara de Diputados
con modificaciones. En medio de las discusiones, Victoria Villarruel le habla
sus seguidores "villarruelines" mientras Karina Milei se reúne en la Casa
Rosada con los diputados del PRO y de La Libertad Avanza (LLA). ¿Y la
oposición? Patalea. No quiere el Régimen de Incentivo a las Grandes
Inversiones (RIGI) así como está, el blanqueo viene más generoso que de
costumbre y Tierra del Fuego podría pasar a ser una isla deshabitada en el
Atlántico Sur.
En este contexto, la vicepresidenta de la Nación
tiene una premisa bien clara. "Teníamos un objetivo de máxima y uno de media.
No llegar al Pacto de Mayo con la ley sin sancionar no es para nada un
fracaso", señalaron desde su despacho. El malestar crece cada vez más desde que
la Casa Rosada -algunos señalan a Karina Milei- fijó la fecha para la
aprobación.
"El cachetazo se los volvió a dar la realidad
política", deslizaron a modo de misil verbal desde el despacho de Villarruel a
Karina Milei. "Con un bloque de siete senadores no podés manejar esto como
hacía el kirchnerismo, que tenía mayoría automática. Acá tenés que negociar
hasta la última coma", indicó esta fuente parlamentaria.
El debate por la ley de Bases comenzó en las
comisiones de Legislación General, Presupuesto y Hacienda y Asuntos
Constitucionales en el Senado. Ese día varios altos funcionarios de la Jefatura
de Gabinete y del Ministerio de Interior reconocieron que posiblemente el proyecto
deba sufrir modificaciones para garantizar la aprobación en general.
El que hizo pública esta reflexión en el plenario
fue el vicejefe de Gabinete Jose Rolandi. "Si con esto no hay acuerdo, tomamos
el punto de hacer una modificación", indicó el también director de YPF. A
partir de esta definición, que vino luego de las críticas al proyecto que
hicieron los senadores Guadalupe Tagliaferri (PRO) y Martín Lousteau, llegó una
clara directiva a los funcionarios de que no muestren señales de que habrá cambios.
Sin embargo, por lo bajo, lo reconocen.
Es cierto que tienen los números para aprobar la ley
en general en el Senado, con el apoyo del PRO, el peronismo federal y los
bloques de los gobernadores. Pero no los tienen para aprobar los artículos más
complicados aún. Las facultades delegadas están muy justas, para el RIGI no
están los votos, hay muchos pedidos para corregir el blanqueo, el régimen de
Tierra del Fuego aglutina el rechazo de los seis senadores patagónicos. Estos a
su vez negocian cambios en el paquete fiscal, principalmente por el artículo de
Ganancias.
"¿Hace falta tanto beneficio para que esas
inversiones tengan lugar? Está claramente pensado para algunos sectores
específicos", dijo Lousteau sobre el RIGI, que fue categórico en rechazarlo tal
como está planteado. Lo consideró "hiper generoso" para las grandes empresas.
En Unión por la Patria hay una lectura distinta.
Este interbloque aglutina a 33 senadores. Algunos de ellos están interesados en
que salgan los artículos polémicos y trabajan para que haya cambios en el RIGI,
como el caso del senador y exgobernador de San Juan Sergio Uñac. Incluso, la
conducción del interbloque sabe que en la votación en particular posiblemente
haya algunos que se desmarquen y se ausenten, o directamente voten a favor,
como lo hicieron los santiagueños en Diputados.
Es por esto que José Mayans, Juliana Di Tullio y
Anabel Fernández Sagasti, el tridente político que conduce el interbloque,
trabajan directamente para que se rechace la ley. Saben que los dialoguistas
"pueden maquillar este muerto con algunos cambios, pero que si se aprueba en
general vuelve a Diputados y de cualquier forma se sanciona esta ley".
Los puntos que más preocupan al kirchnerismo de esta
ley y que no están casi en discusión en el Senado tienen que ver con las
privatizaciones de las empresas públicas y con la reforma laboral, que fue
negociada con un sector del sindicalismo argentino que conduce la CGT.
Por estas cosas buscan aumentar la cantidad de
expositores, dilatar los tiempos y tejer alianzas políticas con los patagónicos
y algunos radicales para que se rechace en general y no se puedan volver a
tratar estos temas hasta el próximo año legislativo. Lo cierto es que este es
el desenlace más lejano en el Senado porque prima la voluntad de acompañar.
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