Sociedad
Se lanzó el programa de asistencia a las familias de los colegios privados. La desigualdad avanza en relación a la escuela pública. Del sistema de cheques escolares, por ahora solo el título
Por: Migue Fernández
13 de abril de 2024
La campaña choca de frente con la
realidad. A la discusión sobre la obligatoriedad o no del colegio, se suma el
debut del programa "Vouchers Educativos", que no es otra cosa que asistencia
económica para acompañar la educación de algunos niños y jóvenes, pero no la
reforma del sistema que se anunciaba en la plataforma electoral de La Libertad
Avanza.
Se trata, por el contrario, de una
prestación temporaria que beneficia a familias cuyos hijos e hijas asisten a
instituciones educativas públicas de gestión privada con aporte estatal, en los
niveles inicial, primario y secundario. Una ayuda para pagar la mitad de la
cuota, siempre que no supere los $ 54.396 por mes, la cual se extenderá durante
los meses de mayo, junio y julio.
"No
es una política general", reconoce Nicolás
Trotta, exministro de Educación de la Nación, consultado por El Editor. "Acá vemos un subsidio directo a las familias de un segmento particular
de las escuelas de gestión privada, que además ya reciben subsidios",
explica.
"Es
un parche de emergencia en relación al aumento bestial de las cuotas de las
escuelas privadas, en un marco de licuación completa de los salarios de las
familias", ilustra a este medio Romina
del Plá, docente y diputada del Frente de Izquierda que integra la Comisión
de Educación dentro de la Cámara.
Según el criterio de la dirigente
del Partido Obrero, en un contexto de incremento generalizado del costo de vida
y de desregulaciones, el efecto es que algunas familias no puedan pagar los
aumentos en las cuotas del privado y que se trasladen a la escuela pública, que
tampoco está preparada para recibir un fuerte incremento de la matrícula. De
ahí que se tomen medidas de contingencia.
"Este
programa no tiene nada que ver con los vouchers como sistema de gestión de las
escuelas, que fue la muletilla de campaña de Javier Milei", sentencia.
Las claves del programa
Los que pueden inscribirse al programa son quienes ejercen la responsabilidad parental de estudiantes de hasta 18 años de edad, cuyos ingresos familiares no superen el equivalente a siete salarios mínimos, vitales y móviles ($1.419.600). El valor de la asistencia tiene un tope de $27.198 y es solo para el arancel de jornada simple, sin incluir actividades extraprogramáticas.
Según los datos de la Secretaría de Educación,
al día 8 de abril ya se habían inscripto 302 mil madres, padres o tutores. El
formulario para recibir la ayuda se mantiene abierto hasta el 30 de abril y lo
estimado por las autoridades es que el programa podría alcanzar a casi 2
millones de chicos, que asisten a más de 6 mil escuelas a nivel nacional.
"Estamos
conformes con los vouchers", sostiene Martín
Zurita, secretario ejecutivo de la Asociación de Institutos de Enseñanza
Privada de la Provincia de Buenos Aires (AIEPBA), ante la consulta de El Editor. "Tenemos una mirada positiva sobre todo lo que sean medidas para ayudar
al sector, en este caso indirectamente porque la ayuda va a la familia",
agrega.
"Es
un alivio para muchas familias que no podían afrontar el pago de los aumentos",
señala a este medio María José Navajas,
vocera de Padres Organizados, que agrega: "Por
otro lado, sabemos que esto no resuelve los problemas que afectan al sistema
educativo, problemas que por ahora no han recibido demasiada atención por parte
del gobierno nacional".
Hay
plata para el privado
"Es una enorme equivocación", cuestiona
por su parte Trotta, que explica: "Es una
medida para un sector muy pequeño de la población e incentiva que se
profundicen las asimetrías educativas". De acuerdo a lo que plantea el
exministro, es una intención del Gobierno de mostrar una iniciativa positiva en
el marco de una desinversión de la educación estatal.
"Esto
no es lo anunciado ni una verdadera solución para las familias", remata
Romina Del Plá, quien cuestiona la orientación privatista del sistema
educativo.
Vale señalar que cada jurisdicción
tiene su realidad con respecto a la educación privada, que tiene una presencia
mayor en la Ciudad y Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza,
que en el resto del país. El subsidio a los sectores medios y trabajadores se
da en un marco de fuerte caída del ingreso familiar y aceleración
inflacionaria, también en un contexto en el que se contrae la inversión
destinada a lo público.
"Tenemos
la eliminación del Fondo de Incentivo Docente, de los fondos para
infraestructura, para programas socioeducativos, para comedores escolares",
identifica la diputada Del Plá, en tanto que se pueden sumar como ejemplos la
caída de inversión en conectividad y la suspensión de los programas de
distribución de computadoras o libros.
"El
único anuncio, hasta ahora, es un plan de alfabetización con las provincias que
todavía se encuentra en elaboración", concluye María José Navajas.
¿Los vouchers eran subsidios?
Antes de sentarse en el Sillón de
Rivadavia, Javier Milei sostenía que una forma de resolver la problemática
educacional sería a través del sistema de vouchers o cheques escolares. El
mercado en la escuela; una propuesta del economista liberal Milton Friedman en
los años '60 para financiar la demanda, o sea al estudiantado, en lugar de a la
oferta, es decir a las instituciones.
Países como Chile, Suecia, Nueva
Zelanda y Dinamarca implementaron el sistema, que idealmente llevaría a una
competencia entre colegios estatales o privados para mejorar sus prestaciones y
así buscar sumar más alumnos, que podrían elegir libremente en qué
establecimiento estudiar.
"El
sistema de vouchers educativos es de aplicación imposible en Argentina, porque
tenemos un sistema educativo federal", señala el exministro de Educación,
que desarrolla: "El Estado nacional no
puede imponerlo, debería ser una política a implementar por cada una de las 24
jurisdicciones educativas, la ciudad de Buenos Aires y las 23 provincias".
"Vouchers Educativos", por lo
pronto, solo en el título. El programa no es otra cosa más que un subsidio, una
ayuda económica temporal para un segmento de la población. Un plan social, para
la clase media.
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El rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Ricardo Gelpi, aseguró que "no tienen miedo en absoluto de que haya una intervención" en la institución, por parte del Poder Ejecutivo.